La inflación y las Mujeres

Por: Mary Hadad

 

 

Menudo problemita en el que nos han metido con esto de la inflación. Oiga usted, uno se siente como la Bartola con los dos pesos para pagar la renta, el teléfono y la luz, pues nomás ya no alcanza.

Y es que la inflación que no da tregua hace que el peso pierda poder adquisitivo con una afectación más significativa en perjuicio de las mujeres.

Y aunque tener un bartolo no es ni por asomo una aspiración en la vida, —cuanti menos si le gusta el alipus—, si lo es que existan políticas públicas que incentiven el crecimiento del país donde habitamos y que ello sea con perspectiva de género.

 

Mire usted, en la temporada nextflitera de “Sustos que dan miedo”, México cerró el mes de julio con un nuevo máximo de inflación con 8.15%, según el Índice Nacional de precios al Consumidor.

Lo anterior, tiene un impacto negativo en la economía de nuestro país, por la sencilla razón que el dinero pierde valor y la población en general centra sus decisiones en adquirir lo mínimo indispensable como son los productos de primera necesidad.

Y obviamente, la inflación le da en la torre a quienes menos tienen, porque no es lo “mesmo” que doña María esté preocupada por tener recursos para adquirir elementos de subsistencia como la alimentación, transporte, salud y energéticos, que doña Patricia esté ocupada en solventar aumentos en restaurantes o viajes.

Según los expertos en estos temas, las expectativas son complicadas para todas y todos, pero lo son más para quienes de por sí viven en situaciones de compleja vulnerabilidad.

Y mientras el presidente Andrés Manuel López Obrador ya anunció que la inflación se mantendrá por lo menos los próximos tres meses, voces que se consideran más realistas y menos alentadoras afirman que la inflación se mantendrá mínimo hasta el cierre del año o más allá.

¿Quién es el culpable de la inflación?

Aprovechando el bullicio y la incertidumbre, la oposición sostiene que todo es culpa de AMLO, sin embargo, hay que decir que la inflación no tiene que ver directamente con las buenas o malas decisiones del presidente, sino más bien obedece a factores internacionales como son la pandemia y la guerra entre Rusia y Ucrania, (la cual no sabemos para cuando termine).

Lo cierto es que, si en México las cosas están muy difíciles, peor están Argentina y Turquía que reportan las tasas de inflación más altas, mientras que EU y Canadá tienen incrementos no vistos en 40 años. A México lo que le ayuda, por así decirlo, son los subsidios a las gasolinas.

Y bueno, aunque no todo es culpa del gobierno, si es sumamente necesario que éste incentive una política económica para un mayor crecimiento, con mayor gasto de inversión física para fortalecer nuestra economía interna.

¿Por qué hablar de La inflación y las mujeres?

Y es que en medio de todo esto, y que muchas veces no se ve, porque requiere perspectiva de género, insisto, estamos las mujeres.

La tendencia acelerada de precios impacta de manera directa a la economía doméstica, especialmente cuando los hogares son liderados por mujeres, pues casi 40% del gasto corriente de los hogares con jefatura femenina se destina solo a los alimentos.

Por ejemplo, ir al mercado o al super, se ha vuelto sumamente estresante para las féminas, pues el aumento de precios no se detiene y pone en apuros nuestras finanzas personales.

El huevo, durante el mes de julio se volvió casi un lujo, pues fue el artículo que mayor repercusión tuvo en la inflación con un aumento mensual de 8.31%.

¿Un juguito de naranja?, bueno, nomás tomar en cuenta que esta fruta tuvo un aumento de 15.51%. Y por ahí compiten la cebolla que está literalmente para causar llanto con aumentos del 13.79%, la papa 11.96%, y el tomate verde 20.41%.

La cuestión es que, con la inflación, la feminización de la pobreza aumenta, y eso tiene un impacto mucho más grave para el país, por lo cual es urgente mirar con anteojos violetas el cómo las mujeres mexicanas están enfrentando la inflación y qué acciones focalizadas hay que impulsar.

Incluso el Instituto de Investigación de Políticas de la Mujer (IWPR) ha acuñado el término “she-flation” para hablar de cómo la inflación afecta de manera desigual a las mujeres, profundizando la inequidad económica que de por sí padecen por características como el subempleo, la condición de migrantes, la discriminación racial y de género y la brecha de ingresos.

Dos datos relevantes en México de acuerdo con cifras del INEGI:

1. El 33% de los hogares liderados por una mujer no tienen acceso a servicios médicos y el ingreso promedio corriente de las viviendas con una jefatura femenina es casi tres veces menor que aquellos donde hay una jefatura masculina.
2. El 58% de los hogares donde la responsable es una mujer, ella se encuentra económicamente inactiva o es menor de 15 años.

 

Es evidente que estas realidades deben tener una mirada transversal para minimizar los impactos en la economía interna de nuestro país.

Pues cuando nuestro peso pierde valor, donde impacta más es en las mujeres, y de plano no alcanza ni para la renta, ni el teléfono, ni la luz.

Invertir en el empoderamiento económico de las mujeres, sería sin duda una trascendental acción para la población femenina de nuestro país.

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