La pandemia del COVID-19 orilló a empresas y organizaciones de cualquier tipo, tamaño o sector a buscar alternativas para sobrevivir. En este escenario y en el actual, inmersos en un panorama en constante evolución, la comunicación en general, y la interna en particular, al ser determinantes a la hora de vincularse con todos los públicos de interés, sobresale como elemento esencial en la estrategia de cualquier organización.

Fomentando la Identidad Empresarial: La Importancia Estratégica de la Comunicación Interna

Es un hecho que la Comunicación Interna (CI), cuando se desarrolla de forma estratégica, fortalece la identificación e integración de los colaboradores con la empresa. Potencia su conocimiento, compromiso, desempeño y bienestar, ayuda a gestionar el cambio de manera efectiva, al tiempo que promueve la participación estableciendo espacios para el intercambio de ideas, el debate y el contacto social.

A pesar de todas las bondades reconocidas de su puesta en práctica, todavía hoy la mayoría de los recursos de empresas y organizaciones se dedican a la comunicación con los clientes; prestándosele escasa o casi nula atención al trabajo con los públicos internos, olvidando que una CI inexistente o relegada afecta a la reputación y credibilidad de cualquier empresa.

Son los empleados o colaboradores sus “primeros y principales embajadores”. Por tanto, si lo que se pretende es que los públicos internos se conviertan en sus mejores portavoces, habrá que preocuparse por gestionar la relación con ellos con el mismo interés que se pone en los públicos externos, a la par de atenderlos, motivarlos, escucharlos e informarlos constantemente y de la manera correcta.

Convertir a los Colaboradores en Voceros Clave en Crisis

Ante situaciones de crisis, son también los públicos más importantes a considerar. Por lo que hay que involucrarlos, darles información para convertirlos en los mejores y más activos voceros de la entidad. El no hacerlo puede derivar en crisis más agudas y de mayor repercusión mediática, atendiendo a que todo colaborador puede exponer en las redes cualquier tema de manera más fácil y rápida… y son emisores más creíbles.

Sin embargo, para lograr que cualquier intervención de CI funcione, debe formar parte del ADN de la organización. Igualmente, los directivos o gerentes y mandos medios deben comprometerse y liderar esta filosofía para que las funciones y objetivos de la CI se incluyan dentro del plan estratégico de la organización y se gestionen a la par que otras políticas principales. Asimismo, se requiere la generación de vínculos estrechos con distintas áreas, como Recursos Humanos, que permitan integrar y alinear las actividades y comunicaciones.

Reimaginando la Comunicación Interna: Estrategias para un Impacto Sostenible

La realidad es que falta mucho por hacer y ganar en este sentido. Debemos lograr que la CI sea más estratégica que operativa, que privilegie la investigación y el análisis antes de la necesaria planeación e implementación, y que siempre se mida y evalúe. En aras de no solo demostrar su valor, sino también de identificar áreas de mejora y poder ajustar las estrategias.

Para ello se necesita que comunicadores y relacionistas pasemos de ser productores de medios y contenidos a dinamizadores de las conversaciones organizacionales, potenciar una cultura de escucha y valorar la retroalimentación abierta y constructiva y el aprendizaje continuo; y, lo más importante, apostar por una comunicación empática, solidaria y humana, que emplea herramientas digitales y plataformas colaborativas que fomentan la cooperación y el trabajo en equipo fusionadas con otros medios y teniendo como aliada a la inteligencia artificial.

De igual forma, hay que poner el foco en temas como diversidad e inclusión en el lugar de trabajo, así como en una comunicación de triple impacto (social, ambiental y económico). Por tanto, tenemos ante nosotros el reto de definir, crear y difundir contenidos únicos y personalizados, basados en esos ejes y en las necesidades y preferencias de nuestros públicos. Asegurando un relato unificado, garantizando la coherencia, alineando objetivos, compromisos y acciones a través de una comunicación multicanal, clara, sincera, transparente y responsable, con un enfoque cada vez más centrado en las personas.

Podrás leer el artículo anterior aquí: Reputación y reputación online: quién va primero

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