Quédate a mi lado Rompiendo el estereotipo gay

Hace algunas semanas en un avión, tuve el gusto de ver la película Spoiler Alert (Quédate a mi lado, de Michael Showalter, 2022) que es protagonizada por Jim Parsons, conocido globalmente por ser Sheldon Cooper en la serie The Big Bang Theory. La película comienza con el final, que es básicamente una pareja de dos hombres gays que se enfrentan juntos al cáncer de uno de ellos: la evolución de la misma se centra en su historia, en cómo se conocieron, como se enamoraron y como su relación creció en más de 12 años juntos. Cabe mencionar que fue la peor idea del mundo ver esta película en un avión, ya que creo que hasta el piloto oyó mi llanto (que intenté controlar) toda la última parte de la película.

Rompiendo Moldes y Uniendo Voces: Desafiando la Homogeneidad en la Comunidad LGBTQ+

Aparte de geniales actuaciones, incluida la gran Sally Field y unos diálogos increíbles, fui gran fan de la película, ya que es una de las primeras veces que veo una historia LGBTQ+ contada con la naturalidad que por tantos años soñamos tener en películas y series. Y es que, en las últimas dos décadas, hemos visto una incorporación de personas diversas en series y películas. Lamentablemente muchas veces no dejan de ser un cliché o un estereotipo para causar risas o preservar conductas que se asocian a nuestro colectivo.

Desde los personajes super afeminados, las mujeres super masculinas o el prototipo de gay cuerpo perfecto “a la Ken”. Hemos crecido pensando que una orientación sexual tiene que marcar física y conductualmente a una persona. Cuando honestamente, nunca pensamos que todas las personas heterosexuales son iguales, por lo que nos preguntamos: ¿Por qué nosotros tenemos que pertenecer a una caja?

Más Allá de las Etiquetas y Subgrupos

Como hombre gay, muchas veces he sentido que esta necesidad de estandarizarnos y homogeneizarnos que tanto recibimos por la gente heterosexual. Ha hecho que inclusive dentro de nuestra comunidad formemos subgrupos característicos. En los que todos se ven y actúan igual, desde los “Twinks” (o jóvenes) los “osos” o los “Circuit boys” o hasta los “gaymers”.  Al entrar al colectivo tienes que elegir una categoría y hacerte a la imagen y semejanza del grupo. Tener que acudir a los mismos lugares o eventos que el resto de “la tribu”. Obvio esta decisión de pertenecer, va mucho más allá de solo estandarizarnos, también conlleva a que muchas personas del colectivo sufrieron de bullying o discriminación, y el sentirse parte de una tribu da ese sentido de pertenencia o familia elegida que no experimentaron antes.

Pero lo que yo siempre he cuestionado es que tanto tenemos como seres humanos que ponernos etiquetas y subcategorías para pertenecer. Y no podemos ser nosotros mismos, sin miedo a que por ser auténticos quedemos aislados por no cumplir con estereotipos que la gente espera.

Trascendiendo Estereotipos: La Realidad Humana más Allá de la Imagen en Redes Sociales

Vivimos una era digital donde en Instagram o TikTok podemos en menos un minuto ver a una Drag Queens hacer bailes acrobáticos, un hombre gay haciendo un impecable lipsynch, cómicos destrozando a Martha Debayle o literal una pareja de modelos caminando las paradisiacas playas de Mykonos en mini-sungas con la canción de Calm de Selena Gómez de fondo agarrados de la mano.

Más allá de esa imagen de que todos los gays somos animales de fiesta, graciosos, fashion, o consejeros emocionales de nuestras amigas. Pensemos por un segundo que detrás de todos esos estereotipos o juicios, más allá de orientación sexual, todos los seres humanos, tenemos nuestras pasiones laborales y hobbies, vivimos del apoyo de nuestros amigos y familia, todos tenemos miedo a la muerte y sobre todo: nos mueve el amor, en cualquiera de sus variantes: de pareja, de amigos o a uno mismo. Y somos mucho más de lo que la gente ve en un estereotipo gay: somos lo que sentimos, pensamos y como actuamos para hacer este mundo, un lugar más lleno de amor.

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