Mi llegada a Cancún

Mi llegada a Cancún

Por: Geovani Gamboa
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Mi llegada a Cancún tiene dos etapas, la primera es los cruces diarios de Isla Mujeres a Cancún y cuando por fin cambiamos nuestra residencia.

MI LLEGADA A CANCÚN

Soy el más chico de 7 hermanos, y cuando mi mamá Ruth Vela Suárez tuvo una oportunidad de un trabajo mejor remunerado que en Isla Mujeres aquí en Cancún, era muy difícil moverse con 7 hijos, así que yo como el menor, me cruzaba todos los días con ella, me dejaba en casa de mis tíos, María Esther Namur y Amílcar Andrade quienes ya radicaban aquí, tenían una casa en la SM. 22, mis primos María Esther y Alberto Andrade, eran solo un poco más grandes que yo, así que pasar el día con ellos era muy divertido.

 



        



Algunas veces me quedaba a dormir aquí, mis primos y mis tíos siempre fueron muy lindos conmigo, tengo pocos recuerdos claros, uno de ellos es que fue uno de esos días que ellos se dieron cuenta que tenía hepatitis y me atendieron a tiempo.

De los cruces diarios que si bien recuerdo empezaron en 1973, perfectamente ubico los barcos, La Sultana, La Novia del Mar y La Carmita; La Sultana era la más grande, pero también la más lenta, en ese entonces los cruces duraban una hora, no como ahora que en menos de 15 minutos haces el cruce.

Mi mamá trabajaba para Inmobiliaria Cancún, ella fue quien vendió las casas a las primeras familias que venían a trabajar. Recuerdo a quienes eran sus jefes, ya que algunas veces me quedaba en la oficina con ella, no recuerdo bien si las primeras oficinas estaban en la Supermanzana 3, pero recuerdo perfectamente las segundas, que estaban en la avenida Chichén Itzá.

Como decía, sus jefes eran los Riquelme, de los que más adelante tuve la oportunidad de ser amigo y compañero de sus hijos, a quienes les tengo gran cariño; Lilian Riquelme, hermana de los jefes de mi mamá, fue también maestra y era como una de las mamás de todos los niños que vivíamos en Cancún, ya que todas las mamás hacían equipo para estar pendientes de otros niños.

Tienda de mi mamá en la Av. Yaxchilán donde después pusieron pericos, año aprox. 1980

Nuestra primera casa a mi llegada a Cancún, a la que llegamos ya como familia, se encontraba en Calle Guanábana, en la Supermanzana 25, recuerdo que no había calles ni avenidas en la zona, fuimos los primeros en cambiarnos a esa zona, así fue como de manera oficial nos convertimos en cancunenses.



Mi llegada a Cancún de manera definitiva

No recuerdo el año, ni el mes, calculo que fue a principios de 1974, y tengo claro nuestros muebles en el Sultana, que un ropero venía amarrado en la parte de la proa del barco, que venía nuestro perro con nosotros, pero nuestra gata no la habían encontrado para traerla con nosotros y mis hermanos mayores tuvieron que cruzar después a buscarla, se llamaba Mis y recuerdo el reencuentro feliz con ella.

Para mí, un niño de 5 años, que vivía a una cuadra del mar en Isla Mujeres, la experiencia de llegar a vivir prácticamente en medio de la selva fue increíble, debo reconocer que Dios nos cuidaba, ya que, entre los cenotes, la selva, las maquinarias y las explosiones para romper las lajas para las obras de la infraestructura primaria, era sobrevivir un día a la vez.



MI LLEGADA A CANCÚN

Calle Caimito en 1975

MI LLEGADA A CANCÚN

Hotel Presidente 1975



Me gustaría que esta narración de un servidor sobre mi llegada a Cancún, se convirtiera en la primera de muchas de otros adultos de mi generación, que me permitan compartir en nuestra revista como un anecdotario para las próximas generaciones. Los invito a escribir y a que me las hagan llegar para publicarlas.

MI LLEGADA A CANCÚN



También podrás leer el artículo anterior de Geovani Gamboa aquí: ¿Puedo demandar al gobierno por daños a mi patrimonio?

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