LA DICTADURA QUE VIENE

Todos hablan de la dictadura que viene con la mayoría conseguida por MORENA y sus aliados.

Una característica de una dictadura es la permanencia en la presidencia de un personaje con el control de todo el poder en su persona.

Es decir, que tuviera el control absoluto de los tres poderes políticos, el legislativo, judicial y el ejecutivo, que lo representa con su investidura.

Las dictaduras se han consolidado por dos vías: el golpe de Estado, que anula por la vía de las armas los dos poderes que son contrapeso del ejecutivo, o por la vía democrática, que con una mayoría absoluta se modifique la Constitución Política a través de los congresos nacionales y locales.

Morena y sus aliados, según mis cálculos (no es definitivo, ya que no está concluido el proceso electoral por apelaciones y juicios en tribunales electorales), tendrían 307 diputados.

¿Qué se requiere para modificar la Constitución en México?

Si decimos que Morena y sus aliados cuentan con 307 diputados. Es solo cuestión de operación política para lograr modificarla, bastaría con que 40 diputados de oposición falten para pasar una reforma.

Para reformar la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, se requiere el voto a favor de dos terceras partes de los diputados presentes. Esto implica que tendrían que votar 333 diputados, esto considerando que no faltara ninguno de los 500 diputados a la sesión; una vez aprobada, pasarla a los congresos locales y sea votada a favor por al menos 17 de los estados.

Otra opción es conseguir, vía cabildeo o motivación económica, el sumar a la iniciativa a 26 diputados de las otras bancadas, lo que le permitiría pasar con una asistencia completa de la Cámara a la reforma en el pleno.

Tras las elecciones del 2 de junio, Morena gobernará 26 estados, esto le da un margen sobrado para la operación de conseguir el voto a favor de las legislaturas locales, independientemente de si obtiene o no mayoría con sus aliados en los congresos estatales.

Todo lo anterior nos demuestra el poder que el pueblo le otorgó a Morena (por el hecho de ser el partido en la presidencia) en las pasadas elecciones.

¿Hay precedentes de anteriores gobiernos con este poder?

Sí, si hay antecedentes, durante años el PRI, como partido en el poder. Contaba con estos márgenes en el Poder legislativo tanto federal como en los congresos locales.

Esto le permitió al PRI construir las instituciones con las que hoy cuenta el país. Tales como el IMSS, INFONAVIT, ISSSTE, IFE que después se cambió a INE y otras muchas en beneficio de la población. Esto no significó que las iniciativas, modificaciones y adiciones a la Constitución se usaran para generar una dictadura como tal.

Hoy los tiempos son diferentes y, como lo mostró la pasada elección, la ciudadanía está más dispuesta a participar en la vida política del país. Aunque con muchas posturas radicales, se ve más inmersa a la sociedad, a estar pendiente de lo que pretenden los gobernantes.

Es una realidad que necesitamos programas que deben ser incluidos en nuestra constitución para su permanencia. Tanto en materia de transparencia, en el Poder Judicial, energía e incluso en lo electoral.

 

Ahora más que nunca, es importante saber y estar pendientes de las iniciativas que se presentarán en la legislatura, analizarlas y no dejarnos llevar por la desinformación que circula en las redes sociales, monitorear tanto el sitio web del Congreso de la Unión, como el congreso del estado en el que vives.

Hoy Claudia Sheinbaum tiene un poder que, si somos optimistas, le quita cualquier pretexto para decir que no puede hacer las cosas para lograr crecer la economía, combatir la pobreza, mejorar la educación y resolver el problema de inseguridad nacional, entre otras cosas.

¿Vale la pena darle un voto de confianza, pero acompañado de mucha exigencia de buenos resultados?

Yo digo que sí.

Como primera mujer presidenta con una mayoría abrumadora en los congresos. Podrá pasar a la historia como la mujer que llevó a México a la consolidación institucional o la que traicionó a su género y a su país.

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También podrás leer el artículo anterior de Geovani Gamboa aquí: Vamos a votar