MI CIUDADANO INFRAGANTI

MI CIUDADANO INFRAGANTI

Por: Geovani Gamboa

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A la primera persona que escuché hablar en primera persona sobre los problemas sociales y del papel que cada uno de nosotros como ciudadanos teníamos para acabar con la corrupción, fue a Oscar Cadena; recuerdo que era niño cuando en Imevisón, en la televisora estatal, lo vi por primera vez y me convertí en su fan con su programa “Ciudadano Infraganti”. Ver a un conductor de fama, tomando el control de la situación y sin miedo a pesar de que vivíamos en tiempos difíciles, donde se necesitaban pantalones para hablar del abuso policial o de figuras públicas; él ventaneaba a cualquier persona que encontraba cometiendo alguna violación cívica; desde policías pidiendo mordida, gente que obstaculizaba los pasos de cebra, exponía a la gente que se estacionaba en lugares para discapacitados, hasta a los que arrojaban basura en la vía pública, etc., nadie salía de su lente.

No quiero hablar de su carrera profesional, ni de su vida personal; no me considero periodista, ni biógrafo y mucho menos historiador, solo tengo el privilegio que me da el estar al frente de esta editorial y quiero reconocer al “CIUDADANO INFRAGANTI”, al amigo, al padre y al esposo que conocí. Un ser humano único, que siempre tenía una sonrisa para la persona con la que hablaba, incluso con aquellas personas a la que increpaba por no respetar las normas cívicas; siempre crítico constructivo, nunca mordaz, incapaz de faltarle el respeto a alguien.

Oscar Cadena escogió Cancún como su casa y la hizo suya, fue amigo de todos. Aquí formó profesionales en su productora, sus colaboradores y compañeros eran sus amigos y familia, sus clientes eran parte de su círculo cercano porque siempre daba más.

 

Hoy en este breve espacio solo quiero abrazar a quienes lo extrañan, en especial a Gaby su esposa, a sus hij@s María José, Santiago, Bárbara, Oscar Lowell, Susy y a mi querido Joko, amigo y compañero en esta aventura editorial.

 

Te recordaremos con cariño y admiración siempre Oscar Cadena, MI CIUDADANO INFRAGANTI.

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