Sesgos Inconscientes: Conócelos y Contrólalos

Sesgos Inconscientes: Conócelos y Contrólalos

Por: Alberto Pino

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Las etiquetas deberían existir solo para los productos. La complejidad del ser humano no permite encasillar y mucho menos asumir en base a nuestro propio criterio: La Inclusión está en celebrar lo que hace único a cada individuo, sin prejuicios, sin etiquetas.

 

Por más Rockstar de la diversidad que seamos, todos tenemos sesgos inconscientes.  Para entender a que nos referimos, los sesgos inconscientes son realmente atajos que nuestra mente construye para ahorrarnos tiempo.  Tal cual aprendemos que al ver una luz roja en un semáforo hay que pararnos, con mucha facilidad nuestra mente nos convence que hay características físicas que permiten fácilmente poner etiquetas.  Es así como en pleno 2021 hay policías que asumen que una persona afro-descendiente es más peligrosa que una persona caucásica, o asumimos que todos los hombres gays son afeminados.

Los sesgos se vuelven rápidamente una manera muy fácil de proceder, de encasillar a las personas que vamos conociendo, poniéndolas en cajas, con respecto a su Belleza, Economía, Raza, Edad y Orientación sexual entre otras. Por la naturaleza asociativa del ser humano, tendemos a rodearnos de personas que son más similares a nosotros, es por eso que en México, un país lleno de contrastes, vemos que una población blanca adinerada y con un background de educación superior, tiende a rodearse justamente de seres similares, marcando aún más las diferencias sociales y sobre todo segregando aún más las comunidades.

Estos sesgos se vuelven particularmente peligrosos en los ambientes de trabajo, sobre todo cuando hablamos de políticas de contratación y atracción de talento. Que tanto cuando estamos contratando a un nuevo empleado, no tendemos a poner etiquetas, poniendo por encima a candidatos hombres que Mujeres, prefiriendo universidades de prestigio privadas que publicas, prefiriendo personas con antecedentes similares a los nuestros como origen, trabajos previos, etcétera. Es así como una empresa rápidamente se puede llenar de clones, dejando fuera la diversidad de opiniones y voces que hacen a un negocio incluyente mucho más innovador y diferenciado.

Hay muchísimos sesgos inconscientes que tenemos que conocer para controlar, algunos obvios son los ya mencionados en género, raza y nivel socio-económico, pero hay otros que a veces ni nos percatamos que hacemos:

  • El efecto aureola: Que consiste en glorificar a una persona por tener alguna característica que respetamos o consideramos superior, como puede ser haber ido a Harvard o venir de una familia muy conocida. Automáticamente ponemos en un pedestal a esa persona, y eso puede hacer que no veamos defectos, solo la parte luminosa.
  • El efecto cuerno: Todo lo contrario al efecto aureola, es automáticamente descartar o discriminar a una persona por un rasgo que en nuestra experiencia es malo, como ser originario de una colonia no privilegiada, o tener alguna afiliación política en contra a la nuestra.
  • El Efecto confirmación: Problemático cuando se suma con la soberbia, es considerar que ya sabemos todo, y que podemos catalogar a una persona rápidamente por leerla, desde detalles de ropa, automóvil que conduce o hasta marca de reloj.

Hay casi 20 sesgos inconscientes, pero solo una vida para controlarlos. Es imposible conocer a alguien realmente por una primera impresión. Está en nosotros construir una Sociedad donde realmente conocemos a las personas, donde no etiquetamos sino valoramos lo que cada persona porta a la comunidad.

La siguiente vez que conozcas a alguien, date la oportunidad de analizar si aplicaste alguna etiqueta, o si pusiste a esa persona en una caja o categoría en tu mente. Si es así, sácala y date un tiempo para conocer más a esa persona, y retar tu prejuicio, muy probablemente descubras que más allá de una etiqueta hay un ser humano lleno de cosas buenas, como tú.

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