Las Pruebas del Jaguar

Leyendas mayas: Las Pruebas de Jaguar

Por: Eduardo Sánchez

No desistas porque el sol no da en tus ojos, ni porque las marcas de la vida te queman la piel, deja que la vida termine su andar y sus obscuros vericuetos, y al final del camino verás que el cielo habrá construidonuevos horizontes y un lugar en el cielo.

Cuando Chilam nació, fue el primogénito del kohal, la madre del tiempo, el viento soplo tanto y por tantos días que el mar se puso bravo, y el romado de las olas pulió las piedras del mar con las que se hicieron las casas de Tulum, rugió el suelo de alegría y con chukmichuy pinto de colores los árboles de la selva y las flores que habitan en ellos, y le dio olor fresco a las hierbas y broto plumas de colores en los pájaros del cielo;Las Pruebas del Jaguar

Dejo que sus lágrimas se convirtieran en:

  • nochoch
  • dzan
  • chichán e Itzá.

Los cuatro manantiales de agua más viejos y grandes del Mayab para la raza de bronce, fue tanta la alegría del kanab, el mar, su padre, que los peces se entregaron a los viajeros en sus manos y la calma del mar regalo las conchas más hermosas a las mujeres caminares que estaban en sus orillas, ese mismo día, se escuchó contar por primera vez la leyenda de la boca del Káalan cho´op. La triste leyenda del Guardián del monte…

El guardián del monte..

“Cuando el color del mar sea menos claro y más salado, y la luz del sol queme como brazas junto a las manos, esa será la señal del fin del tiempo común, la muerte del kom, el silencio del chinchinbakal y la hambruna del k´oxol serán la marca de i´ik, y comenzara la mala cuenta, los tiempos oscuros, y se enfermara la tierra y no dará flor, y se enojara el cielo y no dará lluvia, se calentara el sol, pero no secara las lágrimas, ni callara los lamentos:

Entonces cada hermano animal, cada hermano árbol y cada hermano hombre, tendrá como única esperanza la llegada del ba’ate’ilob, para salvar las siguientes generaciones, si es que la humildad y verdad triunfan sobre ma’ haahi’ob, el robador de los sueños, el cortador de corazones, el amarrador de los amores desdichados, que es aliado del kuxum y el tuus, y hace que los mulsayes derramen sus venenos, como el Xux que pica fuerte y mata las esperanzas.

Pero si ba’ate’ilob amarra a sus manos el píikch’iin y a pesar de la lucha de sus manos no se suelta, y marca su piel con tiempos, y las Eek.yukchim de su piel se mantienen fuertes y camina silencioso con sus cuatro extremidades firmes, la fuerza de sus pies se quedara quieta, brava, con su mirada profunda, tenaz y misteriosa, entonces no habrá rival, ni tiempo, ni tormenta que lo detenga y vencerá lo amargo del temporal, y derramará su sangre en batalla hasta la llegada del Tumben Cuxtal del nuevo día y de su linaje volverá la vida a todas las nuevas generaciones, en el nuevo ciclo y la nueva cuenta, después del caracol, la mazorca y la piedra”.

Quizá sea necesario para la lectura de las leyendas mayas, en especial la de Las Pruebas del Jaguar que leas un poco sobre la Mitología Maya y en especial el Popol Vuh.

Chilam encontrando su camino

Y así pasaron los temporales y varias lunas y varias cuentas cortas, y Chilam crecía sin padre y sin madre, nadie sabía de dónde venía, ni nadie lo trataba con dignidad, por no tener linaje, solo la princesa X´pepem.naal que lo veía en su enseñanza y en el juego de pelota, los alumbraba con sonrisas, lo veía tallar hermosas figuras de los troncos de la leña, le regalaba a Chilam respiros de vida y soplos de esperanza, Chilam, correspondía en silencio meditabundo y austero, y mientras los tojiles se enredaban en los cabellos de X´pepem.naal y la luz del kin.kinal daba brillo y color a su piel de barro.

Chilam miraba pensativo, jubiloso y atento, siempre sigiloso, silencioso, como buen guerrero, disfrutaba de mirar a la princesa arreglarse la sedosa cabellera; con impecables capas de pluma y concha, sentada frente al nuevo horizonte, parecía que el fuego del sol dibujaba su silueta de bronce; perfecta como las diosas de los murales y los barros del templo.

X´pepem.naal, era la hija Tol.ha y Kanil.can; la llamadora del agua y el guardián del fuego de las milpas nuevas, los cuales habían arreglado con Yumil ka´ax las conchas de su ajuar y las tildas de sus trenzas en garantía de su amarre, pero X´pepem.naal cuan mariposa del maíz, libre y frágil, solo tenía ojos para ver a Chilam, su mirada aventurera y profunda se sumergía en los laberintos más misteriosos y secretos del guerrero.

Uayeb Y la Hermosa Kohal

Todos los jornales del Uayeb, a finales del ha´ab, Chilam le pedía a la hermosa Kohal que le regalara las plumas de un quetzal y a k’áak’náab 30 caracolas rosadas, para poder comprar a X´pepem.naal en el próximo tik.nal.tanich y siendo Kohal una madre acogedora como el pich que da buena sombra al caminante, siempre ponía en su camino al quetzal y siendo su padre infinito y profundo de las capas del mar, dejaba salir las caracolas y las ponía a su paso en sus pies sobre la arena.

Los 9 tiempos cortos

Las Pruebas del Jaguar

Y así pasaron 9 tiempos cortos, X´pepem.naal se hizo mujer y su belleza fue conocida por todos los reinos y las regiones del quiché; un día Chilam escucho decir al Kokom.iik que la princesa seria ofrecida a Yumil ka´ax para la buena siembra, y al darse cuenta que Kanil.can había puesto a su hija en subasta, decidió salir en busca de su último quetzal al monte, para juntar su ha’ach’kun y así poder pagar el precio de la novia, cinco veces 20 plumas de quetzal, 5 veces 20 más los caracoles rosados, pero lo que no sabía Chilam era que la princesa ya estaba amarrada y su concha ya había sido prometida desde su alumbramiento, y el monte obediente a Yumil ka´ax calló a los pájaros y apago la luz de sus plumajes.

Enyerbó los caminos para perder los senderos y soltó a los xux y les ordeno atacar a los caminantes, despertó a los mulsayes y les exigió que invadieran los frutos y escondieran el agua, vertió el veneno de las culebras en todas las direcciones y obscureció el cristal de los manantiales, y no dejo que los árboles dejaran pasar la luz para que ningún cazador pudiera comprar a la princesa y él se quedara con ella, y llevo 4 veces 20 quetzales y 4 veces 20 más conchas rosadas, algunas de ellas rotas o comidas por el mar.

Chilam .

Ni el mar ni el tiempo pudieron ayudar a Chilam, su sangre alimento al k´oxol, su boca probó la tierra en el agua cuando estuvo sediento, la yerba creció hasta sus ojos y lo confundió por los caminos, no hubo sol y no hubo pájaro que le advirtiera los peligros, camino entre el mulsay y le comió su piel y sus suspiros, el andar por los caminos le separo los dedos y le hizo caminar a rastras sin rumbo fijo; el Xux le arranco las fuerzas y enronchó sus pieles haciéndole negros ensortijos de piel marcada por el dolor y el diario sufrir lo canso y lo sangro…

Despertando su bravura y su coraje, sus ojos perdieron color porque todo estaba oscuro y de su capa quedo solo un trozo cercenado, un harapo mal roído, pero no aminoro sus ganas, ni su amor, ni sus cariños, saco fuerzas de su piel y de todos sus colmillos, no atisbó peligro alguno, ni encontró ningún amigo, camino por muchos días sin completar su ha’ach’kun y la espera acabó, y le fue entregada en el palacio la princesa a Yumil ka´ax y Chilam seguía perdido.

Chilam encuentra su verdadero camino…

Pasaron los años y por fin Chilam encontró un camino, silencioso y sin color como si fuera un kúuchil tu’ux ku mu’ukul kimeno’ob, pero que lo llevo frente a un mar descolorido, su padre lo vio sangrante, sin color en los ojos, casi vencido, y llamo con las olas a su madre para que mirara a su hijo y al verlo la hermosa Kohal se derrumbó en un suspiro, y dejó su soplo de vida sobre Chilam y le susurro como brisa al oído.

“-No desistas porque el sol no da en tus ojos, ni porque las marcas de la vida te queman la piel, deja que la vida termine su andar y sus obscuros vericuetos, y al final del camino verás que el cielo habrá construido nuevos horizontes y un lugar en el cielo. No serás más carne para alimentar a ningún k´oxol, xux, mulsay o ik´el; las heridas de tu piel serán las marcas de tu realeza.

Camino en la oscuridad…

No volverás a caminar en la oscuridad y tu ceguera será la presea de tu reino y las joyas de tu poderío, como ojo de agua la mirada de guerrero. No volverás a andar con bastones ni necesitarás ayuda para caminar, tendrás 4 manos firmes y abiertas, ágiles y fuertes; ya no necesitarás más lanzas ni flechas para cazar, porque tendrás flechas en las manos y cuchillos en la boca, verás que cada criatura se rendirá a tus pies como a los dioses y te susurraré con las olas del mar todas las noches, y te cantaré con la lluvia y te mostraré los caminos para que ya no andes perdido, y no tendrás hambre, ni sed, ni miedo, ni amor”.

“Porque el hombre amarro tu amor y lo sepulto en la oscuridad del monte, porque el monte mato tu esperanza y tu aliento, y con él mato su propia esperanza y su propio aliento, Serás tú quien ahora verá como el monte se amarra y se desfibra, y verás como el k´oxol, xux, mulsay o ik´el se muere envenenado, será tu linaje el que vea como la Kíimil desbarata lo que teníamos en este tiempo, y tú serás quien en mando y tu rugido, llamaras a las abuelas para que vean como los nuevos tiempos se van con el caracol, la mazorca y la piedra.”

Las pruebas del jaguar

Nacimiento del Jaguar

Y así nació el jaguar, y así se hizo mensajero de los mundos antiguos, de sus ojos se pasa el tiempo y se va gastando con su paso sombrío, pasan todas las calamidades frente a sus ojos vacíos, tal como se escribieron, y se ha marchado ya el tiempo del caracol, la mazorca y la piedra, pero él ha permanecido, y es precisamente el linaje del jaguar con su último descendiente quien abrirá la puerta del Tumben Cuxtal en el nuevo día, y de su linaje volverá la vida a todas las nuevas generaciones en el nuevo ciclo y la nueva cuenta.

Ya no habrá más caracol, mazorca, ni piedra, ni amarraran el amor, ni venderán la belleza, ni robaran los sueños, porque siempre habrá un mensajero vigilante y silencioso que le dirá a las abuelas lo que la yerba susurre, lo que emanen los vientos; siempre habrá una garra que acallara a los pájaros para que urdan vida entre sus nidos y flores, que chukmichuy den color a los caminos y no podrán guardarse más secretos, ni se guardaran mentiras sepultadas bajo la arena. Siempre estará el jaguar para quedarse vigilante, cauteloso y esquivo.

Las pruebas del jaguar

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