HABLEMOS DE LA MUERTE
Por: Eduardo Serna 
@eduxenit
Estamos acostumbrados a abordar este tema en la temporada de noviembre, para la celebración del día de muertos, lo cual es insuficiente para profundizar. Además, justo por estas fechas estamos en la estación de primavera, y para darle paso a lo nuevo, primero debe morir lo viejo. Pasa en la naturaleza, y pasa también con los conceptos; también en cierta medida la ciencia y el sistema de consumo, han implantado la idea de que envejecer o morir, ahora, es antinatural, cuando lo más natural, por lo que atravesara cualquier ser viviente después de nacer, es morir. Entonces planteo la siguiente pregunta: Eduardo serna cuándo hablar de la muerte
¿Cuándo es el momento propicio para hablar de la muerte?
En este tiempo de pandemia, llevamos los últimos años, viviendo incontables perdidas, no existe nadie en nuestro entorno, que no haya sufrido pérdidas dolorosas. Probablemente, leer o hablar sobre la muerte sea lo último que queramos hacer, después de que “nos ha llovido sobre mojado”. Lo cierto es que no hay momento adecuado para reflexionar sobre la muerte, ya que esta, es insondable, aparece de súbito, no avisa. El hecho de que culturalmente en México se dediquen dos días del calendario para Celebrarla, no significa que hay una relación cercana con la muerte, mucho menos un entendimiento, de hecho, la tendencia a personificarla, es una manera de darle forma a algo que no comprendemos. El poeta mexicano Octavio Paz tiene una frase que enmarca este hecho: Eduerdo serna
“La indiferencia del mexicano ante la muerte se nutre de su indiferencia ante la vida.”
Esa indiferencia, de la que nos habla el poeta Paz, es una forma de evasión. En este tiempo lo que predomina en el ambiente es una especie de indiferencia producto del miedo; el miedo nos lleva a no querer ver. Tratemos de dedicarle un poco de luz a esto a través de las palabras. Para desarticular la oscuridad que prevalece en una habitación basta con encender la luz. En este texto no vamos a explicar que es la muerte, eso nadie lo puede hacer, por eso la palabra insondable (Que es tan profundo, que no se puede alcanzar su fondo.) es la mejor manera de definirla. Más lo que si podemos, es revisar diferentes ideas y concepciones de este hecho natural, que nos ayuden y provoquen, a desarticular miedos arraigados.
Desde que el ser humano tiene consciencia de sí mismo, la muerte se presenta ante nosotros como algo desconocido: Religiones y filosofías han intentado dar una explicación para que los practicantes y seguidores, encuentren certeza y tranquilidad, ya que el fenómeno de la muerte está profundamente ligado a unos de los peores miedos que el ser humano enfrenta en la existencia. En el budismo, por ejemplo, la muerte es uno de los 4 grandes sufrimientos que padece el ser humano (el nacimiento, la vejez, la enfermedad y la muerte) y a partir de estos,
es que el Buda (Gautama Sidhartha) emprende la búsqueda de la verdad, para liberar a la humanidad del sufrimiento, dejando a su paso grandes enseñanzas mismas que, hoy por hoy, son practicadas y estudiadas en todo el mundo. En la religión católica, se explica el paso siguiente después de la muerte, con la concepción del cielo y el infierno, como el lugar al que irán las almas de los practicantes cristianos o católicos, y esto estará dictaminado, por sus acciones y apego en vida, a los mandamientos de su sagrada escritura (la biblia), así pues, acorde con esto, después de la muerte, les espera la gloria eterna o el eterno sufrimiento en las llamas del infierno.Eduardo serna
Eduerdo serna
Seguro la angustia ante la muerte es muy grande, las cuestiones religiosas y filosóficas no necesariamente atenúan ese miedo, si no, por el contrario, hay veces que los profundizan por el incorrecto entendimiento, o es complicado comprender los conceptos sin practicar la filosofía asiduamente. Pero para ir desarticulando miedos, supongamos que no practicamos a cabalidad ninguna religión o filosofía ¿Desde qué perspectiva podemos abordar el tema entonces, si no profesas creencias alguna? Si esta experiencia de vida es 
única e irrepetible (que si lo es, en el más amplio aspecto) entonces sería el final de todo al momento de morir, y en cuanto a lo material que nos vincula a esta existencia, en este sentido cada segundo es invaluable, cada momento que vivimos es un tesoro que no podemos dilapidar, ya que jamás volverá a pasar. La muerte concebida como el final, entonces, nos debería llevar a revalorar personas, situaciones, sentimientos, etc. ¿En qué estoy enfocando mi experiencia de vida irrepetible? Bertold Brech decía:
“No le temas tanto a la muerte, sino más bien a la vida inadecuada.”
No hay todavía suficientes pruebas que nos expliquen que sucede después de morir, científicos, filósofos y religiosos, personas muy preparadas, han indagado y analizado esto, siempre con el fin de ayudar a la humanidad. Por ejemplo, la Dra. Elizabeth Kubler-Ross, quien profesionalizo la Tanatología, tal y como la conocemos, estudio como nadie la muerte, dejando un legado, en las experiencias que fue recabando. Ella comentó en una de sus conferencias: Eduardo serna
“… Si vivís bien, no tenéis por qué preocuparos sobre la muerte, aunque solo os quede un día de vida. El factor tiempo no juega más que un papel insignificante y de todas maneras está basado en una concepción elaborada por el hombre (…) Una manera de no volver a tener miedo es saber que la muerte no existe y que todo lo que nos sucede en esta vida sirve para un fin positivo. Desembarazaos de vuestra negatividad, empezad a tomar la vida como un reto, como un lugar de examen para poner a prueba vuestras capacidades internas y vuestra fuerza.”
La raíz de los miedos está anclada, en gran medida, en la culpa, el rencor, y demás emociones negativas que vamos acumulando, con esto la existencia de alguna manera se vuelve pesada, cuando tenemos la buena fortuna de vislumbrar que nos acercamos al final, que dicho sea de paso, no a todos se les presenta esa oportunidad, es importante aminorar las cargas, perdonar y perdonarnos, regalarnos ese acto liberador, con toda certeza hará que tanto el que se va, como los que se quedan, puedan sobrellevar mejor la perdida. Pero como esto de existir no es una ciencia exacta, llevar a cabo periódicamente este ejercicio, recurriendo a las herramientas necesarias, en el entendido de que podemos creer en que hay algo después de la muerte, o no, nos ayudará a vivir y morir mejor. Eduardo serna cuando hablar de la muerte
La poesía es un puente magnífico para sentir e ir comprendiendo el fenómeno de la muerte. Para cerrar este texto, más no las reflexiones que espero ocasione, les comparto a otro poeta, Jaime Sabines: cuando hablar de la muerte
“Alguien me habló todos los días de mi vida
al oído, despacio, lentamente.
Me dijo: ¡vive, vive, vive!
… Era la muerte.”
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