“SIN ÉL, NO SOMOS NADA”
“SIN ÉL, NO SOMOS NADA”
Castillos de Azúcar
Por: Madeleine Palacios
@Madeleine2706 Madeleine Palacios
Los seres humanos nos creemos tan indestructibles hasta que vivimos una situación que nos demuestra que somos demasiado frágiles. Y que en cualquier momento podemos enfrentarnos a vivir experiencias médicas que tienen la finalidad de ayudarnos a recuperar la movilidad o la adaptación a nuestra vida con las perdidas. Ya sean de extremidades o sensibilidad de algunas partes de nuestro cuerpo.
El factor común entre las personas que hemos padecido este tipo de situaciones. Principalmente es el miedo a no volver a ser normales, pero ¿a qué le llamamos normal?
Sinceramente creo que es el no sentirnos seguros, es decir, sentir vulnerabilidad o debilidad a las actividades diarias. También el no tener el control de nuestro cuerpo al cien por ciento, pero saben que, más allá de eso, es vivir con esa impaciencia a pasar por todos los tratamientos médicos que en ocasiones son demasiado lentos y que muchos de ellos nos hacen pensar que no tendremos mejoría.
Sin embargo, creo que existe una fuerza más poderosa que nos lleva a sanar, y esa es la Fe, acompañada de esperanza de que todo estará bien. El decirnos día a día que todo mejorará, la mente es tan poderosa que, así como nos puede ayudar a sanar también nos puede enfermar.
El papel que juegan las personas que nos quieren y familiares es primordial, ya que son ellas quienes nos alimentan cada día con buena vibra y energía para salir adelante en cualquier situación. He visto a seres a quien quiero mucho, que a pesar de que los doctores los han desahuciado o les han dado diagnósticos nada prometedores.
Las ganas de vivir y sanar han logrado sorprender a los doctores de una manera inimaginable, lo que comúnmente llamamos “Milagros”.
No importa si se cree en ellos o no, ya que existen. Y estoy segura que todos conocemos o sabemos al menos de alguien que los ha vivido. Por respeto a esas personas yo no diré su nombre, lo que si les puedo confirmar es que ahora viven de una manera diferente su vida.
Agradecen y valoran mucho más a su cuerpo y lo que se hace con él. Como dice el dicho nadie sabe lo que tiene hasta que lo ve perdido, y así como el tener un dolor en la uña nos hace recordar que estamos vivos de una manera muy dolorosa. También el poder estirar un brazo por la mañana al despertar es algo grandioso, que no lo ves hasta que estás imposibilitado de hacerlo.
Lo único que tenemos es nuestro cuerpo, y hay que cuidarlo, el uso de vitaminas y nutrientes no está de más, revisiones médicas periódicamente deberían de convertirse en un hábito. Al igual que el ejercicio físico y mental. Es muy cierto que como lleguemos a la vejez será el resultado de cómo vivimos en el pasado. Por ello hay que comenzar a movernos, el tiempo no perdona. Y si tus creencias te indican o te hacen sentir bien tomando las llamadas terapias alternativas. Hazlas, te aseguro que nada de eso te hará mal, lo importante es cuidar interna y externa lo más valioso, ¡TU SALUD!
Otro tema interesante para leer., CODEPENDENCIA, LA ENFERMEDAD DE LAS RELACIONES