Sex Education: La Juventud de hoy

Muchas veces he oído que la gente habla con nostalgia sobre su juventud y la simplicidad de la vida en la preparatoria o secundaria. Entre los millenials hay muchos memes hoy en día pidiendo “ya no ser adultos” porque el juego no es divertido como parecía en la adolescencia.

Imagen promocional de la serie “Sex Education”

Debo reconocer que yo también tenía idea de que la vida era más sencilla en esas épocas hasta que empecé a ver la serie de Sex Education en Netflix y vi lo que los jóvenes experimentan hoy en día.

Y es que desde que fue lanzada en 2019, la serie ha abordado una infinidad de temas. Mayoritariamente conectados con las inquietudes sexuales de adolescentes británicos. Pero también las de sus padres y maestros.

Se me ha hecho fascinante y supereducativo como abordan de una manera realista y objetiva temas como la transexualidad. La comunidad no binaria, religión, depresión postparto, el abuso, el bullying, discapacidad y como también le dan su reconocido lugar a la bisexualidad. Que a veces hasta en el mismo colectivo LGBTQ+ queda rezagada erróneamente por considerarse por algunas personas una etapa, no incluyendo a este grupo en nuestra comunidad.

En esta cuarta y última temporada (y prometo no hacer spoilers) se habla de una manera muy empática y transparente de la disforia. Que es esa sensación de angustia e incomodidad que ocurre cuando el sexo biológico no coincide con la identidad de género. En la serie muestran como un hombre adolescente trans cae en un aislamiento y depresión al no poder pagar una mastectomía trans para removerse el tejido mamario y con eso masculinizar su cuerpo. Como un hombre cis las mayores “Incomodidades” que he tenido sobre mi cuerpo es sentirme con unos kilos de más luego de Navidad. Pero el ver la angustia de un adolescente que siente aversión por el género de nacimiento. Me hizo pensar lo necesario que es para los padres hablar con sus hijos sobre no solo su orientación sexual sino también la identidad de género.

Creo que hoy más que nunca necesitamos más series como Sex Education, que nos eduquen a los adultos sobre el vertiginoso mundo que los adolescentes están experimentando con el efecto de las redes sociales. La saturación de estímulos visuales y tantas cosas más, y nos permitan establecer diálogos más empáticos con ellos.

Y también, por otro lado, la serie muestra a esta nueva generación que los padres también son humanos. Y es también normal que puedan cometer errores y que ser mayor de edad no es sinónimo de perfección.

Pero más allá de toda esta concientización y educación en temas sexuales. El principio básico de esta serie con Otis (Assa Butterfield) siendo un consejero sexual en su secundaria, o su madre (la increíble Gillian Anderson de los expedientes Secretos X y The Crown) siendo una reconocida terapeuta. Esta serie siempre ratificó la importancia de hablar de los problemas con un experto, de asistir a terapia. Y es que, en nuestra cultura mexicana, inclusive hoy. El ser vocal sobre asistir a terapia sigue siendo un poco estigmatizado, y es superinteresante ver como en la serie. La mayor parte de los conflictos surgen por un problema de comunicación: ya sea entre amigos, entre parejas o entre familiares.

Como seres humanos tenemos que ser menos duros con nosotros mismos, darnos tiempo para aceptar y entender lo que experimentamos y tenernos mucha paciencia, y sin duda esta serie nos muestra como una red de apoyo y una buena terapia, hacen que todo sea mucho, pero mucho mejor.

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