¿Para qué las cámaras empresariales?

¿Te has preguntado para qué las cámaras empresariales alguna vez? Pues voy a tratar de explicar brevemente para qué sirven las cámaras u organismos empresariales.

Todos o casi todos sabemos que en la administración pública existen tres poderes: el Ejecutivo, que es el presidente de la república; el Legislativo, que lo componen las cámaras de diputados y senadores; y el Judicial, que lo integra la Suprema Corte de Justicia, y los diferentes tribunales.

Esto se repite en los estados, solo que, con la figura del Gobernador, como Poder Ejecutivo, y los congresos estatales como Legislativo, donde solo tenemos diputados locales y no así senadores locales como en Estados Unidos.

Te preguntarás: ¿Qué tiene que ver eso de los poderes con el para qué las cámaras empresariales?

Muy sencillo, los actos de estos tres poderes de gobierno, en muchas ocasiones, promueven iniciativas de ley que afectan a los empresarios encargados de generar impuestos y empleos para el funcionamiento de las estructuras gubernamentales.

Estas cámaras, como son también un poder que, representando a las empresas según el rubro del negocio, se aglutinan en cámaras nacionales, como es el caso de CONCANACO, CCE y otras, que sirven para defender los intereses de las empresas cuando un acto afecta su productividad o capacidad de crecimiento, promoviendo amparos ante estos actos, e inclusive promoviendo iniciativas para leyes y reglamentos.

Son también aliados del gobierno para programas en los que se requiere la participación ciudadana, y esfuerzos para atención a desastres naturales, o atender problemas sociales de fondo. El gobierno solo no podría sin la colaboración de las empresas.

En lo local, las cámaras empresariales, consiguen acuerdos para facilitar a sus agremiados, beneficios ante la autoridad, defender una injusticia ante alguno de sus miembros, trámites colectivos ante instancias, capacitaciones, negociaciones colectivas ante proveedores de empresas con el mismo tipo de servicio o producto, etc.

Otro de los grandes beneficios es la posibilidad de compartir experiencias, relaciones para generar nuevos clientes o proveedores, alianzas para proyectos compartidos y obtención de créditos blandos para inversión productiva.

Abrir un negocio generalmente nos hace pensar que estamos solos, pero estos organismos son un gran apoyo. Existen cámaras que aglutinan restauranteros, comerciantes, hoteleros, mujeres empresarias y profesionistas, proveedores, agencias de viajes, industria, comunicación, etc.

Ser parte de una cámara empresarial es, además de un respaldo de otros empresarios como tú, un valor agregado para tu negocio que le brinda seriedad y pertenencia, sin que esto te haga perder autonomía y decisión sobre la manera de llevar tu emprendimiento.

Existe un Observatorio de Relaciones Laborales Internacionales (www.observatoriorli.com) que contiene un listado de estos organismos no solo en México, ahí podrás encontrar de otras partes del mundo que te permitirán una alianza nacional e internacional con otras empresas.

Si bien pertenecer a estos organismos tiene una cuota en dinero, vale la pena analizar el costo-beneficio y tomar la decisión de sí poco a poco irte involucrando en ellos.

También podrás leer el artículo anterior de Geovani Gamboa aquí: EL SUEÑO MEXICANO

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