¿Me quedo con las ganas o me arriesgo?

¿Me quedo con las ganas o me arriesgo?

Por: Madeleine Palacios

Instagram @Madeleine2706

Castillos de Azúcar

 

Cuántas veces, cuando terminamos una relación decimos: Ya no me vuelvo a enamorar, ¡Uf! seguramente una infinidad, pero al paso del tiempo, conocemos a alguien que nos mueve el tapete y sin quererlo o pensarlo mucho, nos involucramos sentimentalmente con esa persona y de repente un día, nos damos cuenta de que nos hemos vuelto a enamorar y que aquellas palabras han quedado en el pasado.

En lo personal si lo he dicho algunas veces, pero aquellos que me conocen saben que soy de las que aún creen en el amor, y que, si bien es cierto, que hay días que pienso que el amor de mi vida existe, pero no sé dónde, también he sido afortunada de haber tenido conmigo a personas maravillosas que me han hecho cuestionarme en algún momento el ¿Me quedó con las ganas o me arriesgo? Y que, para fortuna mía, jamás me he quedado con las ganas de nada y que he vivido momentos inolvidables. Guardo en mi memoria tantas risas, abrazos, besos, caricias, y una vasta cantidad de vivencias que son lo que me dan la fuerza para seguir en esta vida gozando de todo el amor que llega sin esperarlo, de disfrutar a las personas con las que me topo y con quienes comparto aventuras, que, aunque algunas son pasajeras, otras se quedan y se convierten en inolvidables.

Platicando con un par de amigos en los últimos días sobre el amor en tiempos digitales, donde tenemos acceso a un extenso menú de posibilidades a través de las diferentes aplicaciones, que te conectan con gente de todos los lugares del mundo; me di cuenta y reflexioné de que para el amor no importa si lo encuentras a la antigua o en la versión digital, las posibilidades son infinitas, cada persona con la que te topas es por una razón y seguramente vivirás cosas que jamás imaginaste, que te harán disfrutar de tanto, pero también, en alguna ocasión no serán tan dulces o de alguna historia salida de un cuento de hadas, seguramente soltarás una o muchas lágrimas, ocasionando que caigas en lo que llamamos una decepción amorosa; pero, ¿sabes qué?, no importa, al contrario lejos de rechazarlo hay que agradecerlo, hay que quedarnos con esas memorias, que podrían ser una inspiración para un libreto de relatos de amor, uno nunca sabe, tal vez es lo que te tocaba vivir para madurar y afrontar la siguiente relación de una mejor manera.

Por eso es que concluí que no importa el tiempo que dure una relación de pareja, lo importante es lo vivido, todas las anécdotas compartidas, el habernos arriesgado a probar algo nuevo, el habernos entregado al cien o como dicen coloquialmente, el habernos ido como gorda en tobogán en esa nueva relación, porque si no das todo, entonces no des nada, la vida se trata de vivirla, de disfrutarla, pero eso sí, por favor si no estás seguro de poder amar a alguien no le quites el tiempo ni tampoco lo desperdicies, tal vez estás quitándole la oportunidad a esa persona de estar con alguien que si la valore y la ame, y todo por ser egoísta o por no saber estar solo o sola; es mejor terminar a tiempo y seguir andando en el camino del amor, ya verás que cuando menos lo esperas la persona correcta llegará y juntos vivirán la mejor de las historias.

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