¿SI YO NO, QUIÉN?

Castillos de Azúcar

Por: Madeleine Palacios

@Madeleine2706  Madeleine Palacios

Cuídate mucho, no confíes en nadie, date a respetar, no aceptes bebidas de desconocidos, avisa cuando llegues.

Cuando se es adolescente estas frases suenan tediosas y sin sentido, en ocasiones molestas, porque uno se cree invencible, que todo lo sabe, que las cosas malas no te pasaran, en fin; estos son solo unos ejemplos de todo lo que se piensa cuando se es joven. Hoy en día nuestros pensamientos son diferentes, tristemente nos damos cuenta de que estas frases de verdad pesan, que ya no se está seguro al 100%, que cada vez estamos más expuestos al peligro, inclusive con la misma gente que nos rodea, que en un mundo ideal serían ellos quienes nos protegerían, pero lamentablemente en ocasiones son ellos quienes nos llevan a situaciones de peligro. Madeleine Palacios. Inseguridad.

Actualmente vivo sola en una ciudad que no es la mía, y si además le agregamos que soy una persona confiada, se me hacía increíble imaginar que podía estar en peligro.

Estoy segura de que más de una persona que se encuentra en mí misma situación también lo ha pensado, ¿Qué me puede pasar? Ahora que me hago esta pregunta las respuestas son infinitas, la gente se da cuenta de tu rutina, y al vivir sola te expones desde un asalto hasta un secuestro, es lamentable que veamos cada vez más en redes o en las noticias, casos de gente desaparecida, saliendo de su casa, de sus trabajos, de la fiesta, en camino a su destino en taxi o Uber, o de vacaciones.

¿Qué está pasando con nosotros como sociedad? Será de verdad que no debemos de confiar en nadie, que debemos portar objetos para protegernos nosotros mismos como gas pimienta, navajas y me cuesta decirlo, pero hasta armas, con tal de sentirnos seguros, bajar aplicaciones que muestran nuestras ubicaciones en tiempo real o también usar números de emergencia en situaciones de peligro.

Momentos de Peligro…

Hablando con mis amigas y amigos que viven solas(os), me he dado cuenta de que muchas veces hemos estado en momentos de peligro. Un ejemplo: el simple hecho de permitir la entrada a tu casa a personas que conoces en redes sociales, que no sabes realmente quienes son, que probablemente sus intenciones no son buenas o son capaces de hacer cualquier cosa.  Qué me dicen cuando van a citas a ciegas y no saben si con quien se encontraran son los de las fotos o son otros, y así podría continuar, pero lo que más me sorprende y me entristece es saber que cada vez menos “amigos” se preocupan por ti, por cuidarse entre todos, que ya es tan simple dejarse tirado en un lugar sin preocuparte siquiera el saber si llegaste bien a casa, en que nos hemos convertido.

Hoy más que nunca de verdad entiendo el peso de esas frases que los papás nos dicen cada vez que queremos salir, los peligros siempre están latentes y muchas veces por confianza en los demás asumimos que a nosotros eso no nos va a pasar.

Hay un dicho que dice “Piensa Mal y Acertarás” y créanme que en estos tiempos, aunque no nos guste no podemos pensar que todo el mundo es bueno, debemos de irnos con cuidado, de querernos y protegernos nosotros mismos, de no permitir que nadie nos dañe, de hacerle caso a ese sexto sentido que nos dice NO y que por presión social no lo escuchamos, de no hacer algo que va en contra de nuestros principios y valores,  solo por encajar en un círculo social, pero lo más importante es no permitir que la soledad nos lleve a tomar malas decisiones y que nos haga estar con cualquier compañía por sentirnos acompañados y queridos momentáneamente.

Hoy más que nunca debemos estar alertas a las señales de peligro

A saber, que solo podemos confiar en los verdaderos amigos, a que la confianza la da el tiempo y los hechos, no las palabras; a que no todo lo que brilla es oro, a que nuestro principal guardián somos nosotros mismos, y a ser empáticos con los demás si vemos que alguien corre peligro porque el día de mañana podríamos ser nosotros quienes estemos en situaciones de riesgo.

Si algo te da miedo o te hace sentir insegura o inseguro háblalo con tu mejor amigo o amiga, lo peor que podemos hacer es quedarnos callados, tal vez después sea demasiado tarde.

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