Romper paradigmas en cada etapa de la vida
Por Jennifer Hamer
A lo largo de nuestras vidas, las mujeres adoptamos diversos paradigmas que moldean nuestra identidad. Y, por ende, influyen dramáticamente en nuestras decisiones. Estos paradigmas, profundamente arraigados en expectativas sociales y culturales. Pueden influir significativamente en cómo enfrentamos las transiciones en etapas posteriores de la vida. Pero debemos romper paradigmas en cada etapa de la vida.
Principales paradigmas que afectan a las mujeres:
- Rol de cuidadora principal: Históricamente, se espera que las mujeres asuman la responsabilidad del cuidado de hijos, familiares y del hogar. Este rol puede limitar oportunidades profesionales y personales, y generar una identidad centrada en el servicio a otros.
- Valoración basada en la apariencia física: La sociedad a menudo valora a las mujeres por su juventud y belleza, lo que puede afectar la autoestima y la percepción de valía personal, especialmente al envejecer.
- Expectativas de comportamiento: Se espera que las mujeres sean complacientes, empáticas y eviten confrontaciones, lo que puede limitar la expresión auténtica y la asertividad.
- Éxito definido por logros externos: La presión por cumplir con estándares de éxito en diversos ámbitos al mismo tiempo; la carrera profesional, la familia y la vida social puede generar estrés y una sensación de insuficiencia.
Impacto de estos paradigmas en momentos de cambio:
Al llegar a etapas de transición, como el “nido vacío” o la jubilación. Estos paradigmas pueden generar sentimientos de pérdida, confusión y falta de propósito. La identidad construida en torno a roles que se desempeñaron anteriormente puede verse desafiada. Y la presión por mantener estándares de belleza o éxito puede intensificarse.
Estrategias para enfrentar y redefinir estos paradigmas:
- Autoconocimiento y reflexión: Identificar y cuestionar las creencias limitantes que hemos adoptado permite reconocer su origen y evaluar su relevancia en nuestra vida actual.
- Redefinir el éxito y la valía personal: Establecer nuevos parámetros de éxito basados en el crecimiento personal, la satisfacción interna y el bienestar. En lugar de depender únicamente de logros externos.
- Fomentar la autoaceptación y el cuidado personal: Aceptar y celebrar los cambios naturales del cuerpo y la mente. Y priorizar prácticas que promuevan la salud física y emocional.
- Buscar apoyo y comunidad: Conectar con otras mujeres que atraviesan experiencias similares puede ofrecer perspectivas valiosas y fortalecer el sentido de pertenencia.
- Explorar nuevas oportunidades: Permitirnos descubrir intereses, pasiones y proyectos que reflejen nuestra identidad auténtica y aspiraciones actuales.
Romper paradigmas en cada etapa de la vida, al reconocer y desafiar estos paradigmas, las mujeres pueden transformar momentos de cambio en oportunidades para el crecimiento. La reinvención y la construcción de una vida alineada con sus verdaderos valores y deseos.