PASIÓN EQUINA

Dina Barrera pasión equina-. Creo que la Equinoterapia es interesante, también la charrería en todas sus formas, pero en sí, siempre he creído que el caballo es uno de los animales más fieles al hombre, como bien se dice, sin embargo, también creo que se debe tener o realizar un especial vínculo para estar con ellos (los caballos), pues me parecen gigantes y a veces hasta aterradores.

Dina Barrera pasión equina-. Creo que la Equinoterapia es interesante, siempre he creído que el caballo es un animale fieles al hombre

Sin embargo, Luis Llaguno a quien considero entre los pilares de mi formación como uno de mis mejores amigos, tiene esa conexión.

Para darles una idea, en 2005 y después de una trayectoria de 30 años alrededor del círculo de los equinos, fundó su escuela de Equinoterapia Miguel Hidalgo, junto con la familia Pedraza, con el propósito de lograr ayudar a gente de escasos recursos y con discapacidades diferentes.

Este proyecto ha ido creciendo poco a poco, y en épocas de Covid-19 se volvió casi un paraíso para dar terapia asistida por tanatólogos y caballos, a doctores, enfermeras y ayudantes del sector salud, que, bien lo sabemos, fueron nuestros héroes de batalla.

Y así, día con día, veo cómo mi amigo se vuelve un feliz y victorioso héroe de batalla. Como él lo dice, trabajar en lo que te gusta incansablemente para alcanzar metas y retribuir en agradecimiento de todo lo que la vida te da.

Esta es la entrevista que le hice hace un par de días:

– ¿Cuál fue tu primer contacto con los caballos y qué edad tenías?

Mi primer contacto pudo haber sido al año de nacido, pues todo desde bebé para mí era un caballo, pero realmente cómo tal fue a los 4 años.

– ¿Cómo es tu relación con los caballos?

¡Mi relación con los caballos es maravillosa, cada día es tan diferente! ¡Me sacan lo mejor de mí! ¡A ellos no los puedes manipular, te obligan a estar en él aquí y en el ahora! ¡Y hacer las cosas como se deben! ¡Te enseñan a trabajar en equipo, te dan paz, te llevan a niveles de vibración muy alta energéticamente! No necesitan hablar para poder expresar todo, te sensibilizan.

– ¿Tienes a un caballo como el predilecto, alguno que sientas que es tu mejor amigo y a quien le cuentas tus penas?

¡No tengo un predilecto tal cual! ¡Y si claro que les he contado mis penas, me escuchan, me dan paz y no me juzgan!

– ¿Tú cuidas a los caballos o ellos te cuidan a ti?

Ambos nos cuidamos, es una reciprocidad. Yo le doy seguridad, amor, alimentación y él me lo regresa al doble con su nobleza.

– ¿Es un tipo de caballo diferente el que se necesita para equinoterapia?

¡Por supuesto! En cada disciplina ecuestre o cada vez que un caballo realiza una tarea específica, se utilizan distintas razas y conformaciones dependiendo su labor. Uno de los errores más graves y más frecuentes en la Equinoterapia es utilizar como medio un caballo que, por solo ser viejo y tranquilo, serviría para dar terapias; ¡por eso los resultados no son los mejores! Un caballo para ser utilizado en la Equinoterapia tiene que tener confirmaciones específicas y movimientos regulares, entre muchas otras cosas más.

– ¿Cuál es el caballo que más ha marcado tu vida y por qué?

Pasión equina

Se llama Mojito. Ha sido el caballo que más satisfacciones me ha dado. Este caballo marcó no solo mi vida, sino la de miles de mexicanos. Es el caballo más longevo que ha habido en América Latina y el caballo que más terapias ha dado en el mundo. Creo que fueron cerca de 31,600 terapias que cambiaron la vida de muchos niños.

Fue considerado el mejor caballo de equinoterapia de Latinoamérica, avalado por la escuela cordobesa y alemana. Significo tanto para tantas personas, que al retirarse (por su edad) le hicimos un homenaje en el rancho de la familia Camil al que asistieron los miembros honorarios del zoológico de Chapultepec, CNN, TV Azteca, entre otros.

Ese día se le hizo una coronación y todo esto quedó registrado en el Récord Guinness. Fue visitado por muchas personalidades importantes de todos los medios internacionales; pero una muy significativa fue la de Dalái lama, quien lo comulgó como un ser de luz, un ser espiritual, rindiéndole homenaje con un mandala de salud.

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