Las mejores cenas de fin de año, cada año.
Por Tita Barrera.
La mayoría de las personas gustamos de romper con las tradiciones y atreverse a probar cosas nuevas en ocasiones especiales, pero a veces, solo los platillos clásicos nos llenan la tentación porque hemos esperado cierto tiempo para disfrutarlos y ese es el caso de la cena de Navidad en mi familia.
Es increíble la gran diferencia que existe no solo entre países sino también entre los estados, inclusive a veces, entre las ciudades de nuestro bello México: que si en el norte comemos pavo al horno, en el centro romeritos o en el sur bacalao; y así en todos los lugares. Nuestra gastronomía es vasta y extensa.
Me siento tan afortunada de tener dos grandes amigos que se dedican a la cocina y no sólo por el cariño que les tengo como compañeros de vida, pero la verdad son una fregonería para lo que hacen. Ellos son: Cecilia Belaunzaran y su “Cocina Belaunzaran” y José Luis Martínez Morayda con su vianda “postres y antojos”. Por cierto, José Luis es mi roomy y somos casi hermanos, más de 20 años de conocernos. Así que no solo me consta su dedicación y esmero, sino que tengo la fortuna de comer a diario solamente delicias. No es porque quiera darles envidia.
José no solamente cuenta con una gran sazón que viene de familia, también tiene un par de diplomados en Le Cordón Bleu con las cuales perfeccionó sus técnicas. A él se le dan los platillos que a cualquiera nos haría sudar: desde un queso relleno hasta una torta de cielo. Prepara comida árabe al igual que yucateca y domina ambas al cien por ciento. Mucha gente lo ubica por sus famosos mucbipollos en temporada de Día de muertos, y también cocina bajo pedidos para todo tipo de eventos y reuniones todo el año. En Navidad pone el toque fino y delicioso a cada platillo que hace.
Así que esos kilitos de más, si son agregados con amor y exquisiteces como las de José Luis o Cecy, vale la pena dejarse seducir.
La Cocina Belaunzaran consta de tres personas activas que son Cecilia Martínez y sus dos hijas: Cecy y Lulú (quienes llevan toda la vida viviendo en este paraíso). Esta historia comenzó hace unos cuatro años cuando sus amigos degustaban la típica torta del recalentado o el lomo y la pierna que hacía mamá Ceci. Fue entonces que empezaron los pedidos en Navidad para las familias de los amigos “colgados” y luego los amigos de los amigos y así sucesivamente.
Ahora hacen comida no solo en Navidad, todo el año tienen un menú muy delicioso que van cambiando para darle variedad. Sus platillos fuertes fuera de las tradicionales celebraciones son las tablas de carnes y quesos, y la barbacoa de picaña (recomendadísimo).
Esta Navidad, si no quieren cocinar y quieren probar algo tradicional y con un sabor inigualable les recomiendo estas dos cocinas que son para mí, las mejores en Cancún y con gran sabor hogareño.
Les deseo felices fiestas y que valga la pena romper la dieta.
¡Bon apetit!