Fuerza, poder, voluntad y amor

Por: Dina Barrera        Dina Barrera      @dinabarrera        @dinabarrera

Los tiempos no están para otros valores, ya hay tantas cepas de Covid por todos lados, tantos acuerdos entre países para ver cómo nos manejan, si esto no se ve como el fin del mundo, qué tal Rusia y Ucrania en guerra o el conflicto del partido Atlas vs Querétaro.

Si tan solo hubiéramos tenido, cuando pequeños, clases cívicas. Si únicamente fuéramos menos egoístas y egocentristas, si pudiéramos aprender cómo hacer equipo y ayudarnos unos a otros, nada de esto estuviera pasando.

Ya hasta la enorme vergüenza de la pelea de los fanáticos del equipo de futbol Atlas contra los del equipo de Querétaro.

Detesto estos partidos, pero esto es indignación para cualquier persona: no tienes que ser un aficionado para darte cuenta de lo mal que está educada la gente. Se merecen quitarles el futbol por un año a todo México, a ver si así vuelven a comportarse como lo hicieron.

Cada quien pelea su propia causa, y eso nos debilita como mundo, como sistema, como país y obvio como estado. Sigo pensando que, desde siempre, lo más importante es ser feliz y en segundo lugar dejar ser feliz al prójimo, ¿Qué tan importante es esto en estos tiempos?, ¡Cuánto le ponemos atención a este deber, y porque seguimos viendo gente muy preocupada por idioteces!

No sé si tuvieron oportunidad de ver un video que hizo y presentó la ONU para hacer más atractivo e interesante el verdadero problema del cambio climático, días antes de que se hiciera la cumbre. En el video llega un velociraptor, claro está, hecho por un efecto especial; gigantesco dinosaurio que empieza a hablar sobre la extinción de su especie, que al menos a ellos les tocó el meteoro, no tenían salida, pero nosotros solos lo estamos provocando, estamos logrando el fin de nuestra especie.

Todo esto nos lleva a ver como tontos, irresponsables, sin moral y nada de inteligencia… qué nos está pasando, hasta donde vamos a llegar. Es obvio que esta batalla nadie la ganará, pero cuánto más durará.

La única forma de arreglar esto es verdaderamente empezado en casa, con detalles de amabilidad hacia otros seres, respeto a otras especies, y amor al planeta que nos ha dado todo lo que hemos querido.

Necesitamos, uno a uno, replantearnos nuestros valores y deberes físicos, tratar la empatía, o al menos ser amables con nosotros y con todo el que nos llegue de frente. Desde muy temprano mucha gente pelea por el tráfico, sabiendo que, si cada quien da oportunidad al otro de pasar, se solucionaría más rápido; pero preferimos sentirnos muy importantes y fregones y no dejar pasar a nadie. ¡Qué está pasando!

Yo declararía una hora forzosa de meditación, al principio; obviamente les sería imposible. Si se les hace difícil ver a unos centímetros de su cabeza como hacer el bien, más difícil debe ser descubrir quién eres para obtener un poco de paz metal y comprensión al prójimo. Yo no tengo hijos, pero con este espantoso mundo, a estas alturas, no me arrepiento de esa decisión, estoy avergonzada de mi especie, y no veo cerca a ningún Superman o Batman que nos ayude.

¡Ojalá haya futuras generaciones de líderes con sabiduría, y no niños atontados con una computadora!

Todo está en nuestras manos, ¿Qué vas a hacer tú?

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