La capacidad de asombro
La capacidad de asombro, el elixir de la juventud
Por: Renata de Lara Garcia
@renata.dlaga
Hace unos años, mientras estudiaba la carrera de Pedagogía Organizacional y Educativa; en una de las materias enfocadas en la tercera edad, leí algo fascinante sobre las neuronas; resulta que estas se regeneran inclusive en nuestros últimos años de vida. Mientras el ser humano siga aprendiendo, el cerebro sigue formando nuevas conexiones neuronales que son aquellas que nos permiten desarrollar diversas habilidades. A esto se le conoce como “neuroplasticidad”, la habilidad del cerebro de adaptar, cambiar y modificar su estructura y funcionalidad a lo largo de la vida.
Es por ello que, en este artículo, hablaré de la capacidad de asombro como elixir de la juventud, respondiendo al por qué es prioridad continuar en un proceso de enseñanza-aprendizaje durante todas las etapas de la vida y para qué utilizar momentos cotidianos como aprendizaje experiencial.
Los niños tienen esta maravillosa forma de sorprenderse con básicamente todo, son curiosos por naturaleza y su cerebro está formando nuevas conexiones neuronales por segundo, es realmente impresionante; de acuerdo con Eagleman (2015), a los dos años de edad un niño tiene más de cien trillones de sinapsis neuronales, el doble que un adulto.
Los adultos comienzan a tomarse las cosas por sentado, a encontrarle lo ordinario a todo aquello que nos rodea, se vuelve monótona la vida y bastante gris si lo vemos de forma romántica, entonces ¿por qué aprender nuevas cosas en la vida? ¿O para qué? En el cerebro, pasa algo mágico cuando retomamos las ganas de aprender algo nuevo; nos lleva a utilizar ambos hemisferios del cerebro y se encienden distintas conexiones neuronales que, a su vez, propician el aprendizaje; “Creemos que los seres humanos generamos nuevas neuronas en la medida que necesitamos aprender nuevas cosas“, comentó a la BBC, la doctora María Llorens-Martin, una de las investigadoras (Gallagher, 2019). Entonces, quizás esa frase trillada de que nunca es tarde para empezar a aprender es cierta, rompamos con ese viejo paradigma de que la edad nos hace menos aptos o menos capaces; al contrario, el aprendizaje es consciente y determinado.
Tampoco vamos a negar que se dificulta la retención de un nuevo conocimiento, ni tampoco negaremos la formación de nuevas conexiones a lo largo de la vida, eso es un hecho. “Ya sabemos que comenzamos a perder células nerviosas en nuestra adultez”, sin embargo, esta investigación muestra que podemos seguir produciendo nuevas neuronas hasta cuando tenemos 90 años o más” explicó Rosa Sancho, directora del Instituto de Investigación del mal de Alzheimer en Reino Unido (Gallagher, 2019). Fue un gran descubrimiento en el campo de la neurología y por ello, es de suma importancia no dejar atrás ese sueño que perseguías de niño de aprender un nuevo idioma o de aprender macramé, hay tantas posibilidades de desarrollo que sería una pena dejar pasar la oportunidad de enriquecer y actividar nuestro cerebro.
Cuando vas caminando por la calle y ves un árbol, déjate asombrar por las formas y patrones de las hojas y las tonalidades verdes y amarillas que tiene cada una. Pregúntate qué tipo de árbol es y recuerda que todos los días son oportunidades para aprender algo nuevo, que no hay fecha límite para el cerebro.
Por otro lado, las personas cada vez vivimos más tiempo y por qué no disfrutarlo con nuevas experiencias y nuevas aventuras. “Las mujeres en México tienen una esperanza de vida promedio de 79 años, de los cuales 68, en promedio, son vividos en buena salud y 11 mala salud. A diferencia de la esperanza de vida masculina en México que es de 72.3 años, casi 7 años menos que las mujeres. Sin embargo, los hombres viven en la mala salud en promedio de 8.5 años, casi 2.5 años menos que las mujeres” (Robledo, L. García, C. Medina, R. Parra, L. López, M. González, J.M. y Gómez, H., 2015). Tomando eso en cuenta creo imperativo reactivar esas ganas de comerse el mundo y seguir viviendo al máximo.
Las ventajas de seguir aprendiendo en la edad adulta, son simplemente incontables, no nada más mejoran tu calidad de vida, sino que te permiten seguir sintiéndote útil y te recuerda el sentido de vida. “Nunca es tarde para aprender, ni hay edad para ello” (Reyes, 2005), esta frase la dijo Aurora Torres que a los 73 años decidió tomar un curso básico de computación en México, impartido por el Instituto Nacional de Atención para los adultos mayores. Su testimonio es maravilloso, ella sigue siendo joven y, por ende, su vida la vive asombrada de todo lo que puede seguir aprendiendo.
Referencias:
Eagleman, D. (2015) The Brain: The Story of You. Pantheon Books: New York. Amazon Kindle.
Gallagher, J. (2019) El estudio que revela que nunca dejamos de producir neuronas (y por qué es importante).
Reyes, M. (2005). Nunca es tarde para aprender. BBC Mundo.
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